qué enseñamos lo que enseñamos? De ello derivarán entonces las otras preguntas: ¿qué tenemos que
enseñar?, ¿cómo tenemos que enseñarlo?
Antes que nada quiero aclarar que me parece sumamente importante que desde el nivel inicial el
profesorado esté preparado para enseñar Ciencias Naturales (en ese nivel los conceptos químicos
están incluidos en ese título). Es muy gratificante para mí, que siempre enseñé Química a nivel
universitario, poder estar a cargo desde hace unos años de la materia Didáctica de las Ciencias
Naturales en la Licenciatura en Educación de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), que al ser
una materia optativa es cursada prevalentemente por docentes de nivel inicial y primario que están
realizando el Ciclo de Complementación para perfeccionarse y obtener el título correspondiente a la
Licenciatura. Dicho esto, quiero aclarar que en este artículo no analizaré en profundidad a los niveles
educativos de la escuela inicial o primaria, aunque haré referencia a lo que opinan algunas personas
especialistas al respecto; algunas de mis reflexiones se referirán al nivel universitario pero,
principalmente, me concentraré en la escuela secundaria y la formación del profesorado, que es lo
que más me preocupa.
Con respecto al nivel inicial, coincido con Rocha y col. (2013) que es necesaria una formación continua
que permita la actualización, científica y didáctica, y que implique una revisión de la propia práctica.
En mi experiencia con docentes del nivel inicial, se nota que hay mucha necesidad de reforzar
conceptos básicos, especialmente por la escasa formación que este profesorado posee para el
desarrollo de actividades experimentales sobre contenidos de Química (Bertelle y col. 2018).
En cuanto a la escuela primaria, está claro que alcanzar la alfabetización científica sigue siendo un
desafío. Esto implica enseñar ciencias naturales de tal forma que los niños y las niñas adquieran los
saberes necesarios para comprender los fenómenos con modelos explicativos de la ciencia escolar,
para entender la ciencia como una empresa humana, de construcción histórica y social. Para enseñar
ciencias naturales (incluyendo química) en el nivel primario pueden utilizarse la modelización, la
indagación y la contextualización (Caamaño, 2011). Como ya dije, no voy a profundizar en este nivel,
pero hace unas semanas terminé de leer un libro que escribió una persona nonagenaria, que ejerció
su actividad durante más de 40 años en la escuela primaria; entre otros temas ella cuenta su
experiencia en escuelas rurales multigrado, que me pareció interesantísimo porque exige trabajo
colaborativo del estudiantado y estrategias docentes que implican interdisciplinariedad (Baroni de
Peredo, 2022). Esta lectura me llevó a preguntarme si esta problemática ha sido investigada y cómo,
y entonces me encontré con que en la Argentina los relevamientos oficiales muestran elevada
presencia de escuelas rurales, donde la labor docente es muy compleja (Galfrascoli y col., 2017). Me
resultó muy interesante la investigación realizada por Galfrascoli y Veglia (2021) que construyeron
secuencias de actividades para la enseñanza de las Ciencias Naturales en escuelas rurales que adoptan
el plurigrado como dispositivo pedagógico-didáctico. El autor y la autora decidieron tomar el eje “los
materiales y sus cambios” (evidentemente implica conocimientos de Química) porque se presentaba
especialmente complejo para docentes rurales, y su abordaje en el currículo real es menos frecuente
que el de otros grandes ejes que guían la enseñanza y el aprendizaje y que se explicitan en los
documentos curriculares oficiales (Veglia y col., 2014 citado en Galfrascoli y Veglia, 2021). Esto
coincide con lo que suelen decirme las docentes (lo pongo en femenino porque han sido todas